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EL DUELO Y LA PERDIDA EN TIEMPOS DEL COVID 19

Levante-emv

El duelo y la pérdida en tiempos del Covid-19

Mari Carmen Vilata Climent 27.04.2020 | 20:51

El duelo y la pérdida en tiempos del Covid-19

El duelo y la pérdida en tiempos del Covid-19

Para todas aquellas personas que han perdido a seres queridos en estos tiempos, envío mis más profundas condolencias y deseo que a través de esta breve guía encuentren un camino para acoger el dolor dentro de estos complejos momentos.

Toda pérdida requiere de un profundo proceso de aceptación junto con los cambios que esa ausencia nos traerá en nuestra vida cotidiana.
Este cambio va a implicar ajustes diarios. ¿Pero cómo se puede afrontar una pérdida sin la debida despedida, sin el tiempo suficiente de velar el cuerpo, sin reunirnos con los familiares?

En estas circunstancias nos encontramos ante el dolor que supone no poder desplegar todos estos actos que nos obligan a interrumpir el ciclo de un duelo que queda latente para dar nuestro último adiós.

«Estar de duelo» y «hacer el duelo» son cosas distintas. La segunda, requiere la implicación de la persona, ya que cuando un ser querido fallece supone la pérdida de una parte de nosotros mismos.

Este proceso pasa por diferentes etapas donde se pueden producir idas y venidas o pasarse mucho tiempo en una fase determinada: shock, negación, enojo, miedo o depresión, tristeza, aceptación, perdón, búsqueda del sentido o renovación, y finalmente serenidad.

El impacto emocional varía mucho en cada persona. Por eso será de vital importancia comunicar con los más allegados nuestros sentimientos, recordando los momentos más importantes compartidos, agradeciendo lo que esa relación ha significado para cada uno.

Perder un padre o un hermano es perder la referencia de nuestro pasado, la pérdida de un hijo es la pérdida del futuro, de un proyecto de vida y todo esto necesitara su tiempo para transformar nuestra relación con la persona que fallece, y con ella, nosotros nos transformamos.
Apreciar las pequeñas cosas nos mantendrá conectados con lo esencial de la vida y así, gota a gota, para seguir tejiendo vida.

Desarrollar un sistema de apoyos incrementa nuestra capacidad creadora de sobrevivir y cicatrizar, del mismo modo que en estos tiempos de pandemia estamos comprobando su efectividad a gran escala en nuestros pueblos y ciudades.

Esta red de apoyo creada como un nuevo estilo de vida que nos llene de «vitaminas emocionales» con amigos y familiares.
¿Y qué se puede hacer en estos momentos para poder elaborar la despedida?

Esta situación me recuerda a los momentos de guerra donde nuestros antepasados no pudieron despedirse de sus seres queridos, quedando sin posibilidad de «hacer el duelo».

Hoy en día, con la epigenética conocemos la importancia de las emociones y cómo pueden heredarse de generaciones anteriores, incluso, los duelos no transitados, en forma de pesares, tristezas, depresiones, etc.

Y al igual que estar confinados evita que la expansión del virus se propague, de la misma forma, en estos momentos, es importantísimo poder elaborar el duelo evitando que ese dolor pase generación tras generación sin digerir.
No digo que sea fácil, pero tenemos la suerte de contar con recursos que antes no disponíamos para transitar todas estas experiencias y profesionales cualificados no faltan.

Hacer tu propia ceremonia o acto simbólico pueden ir facilitando el camino sin enquistar un duelo.
Puedes escribir una carta y expresar todo cuanto desees desde el corazón, leerla a los familiares o amigos por videoconferencia, si puedes, y prenderla posteriormente mirando cómo se consume.

He visto diversos actos, desde lanzar muchos globos al aire honrando la memoria de la persona, a encender cada día una vela en agradecimiento por el tiempo compartido, poner su canción favorita como homenaje por su partida…

Cada familia puede elaborar un acto simbólico en común y quedar a una hora determinada para hacerlo juntos desde sus casas, conectados desde el corazón.

Muchos están descubriendo que para el alma no existen las distancias y quizás en medio de toda esta separación, esta experiencia permita abrirnos a escuchar con otros sentidos, sabiendo que, en definitiva, ellos no están tan lejos porque su recuerdo siempre permanecerá en nuestro corazón.

Y cuando el momento lo permita y te reúnas con tus seres queridos seguramente encontrarás tesoros ocultos tras un velo inesperado, para celebrar la vida como el regalo más preciado.

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